EL TODO Y LAS PARTES. El edificio es parte de un desarrollo empresarial que intenta darle nueva vida a áreas industriales en desuso en la periferia de Milán.
BASAMENTO. En la planta baja del edificio domina el color negro con un revestimiento texturado y brillante.
CONEXIÓN. Un puente cerrado y una explanada pública conectan el nuevo edificio con su vecino de la misma empresa.
PASAJE. Revestido en placas metálicas grises, el túnel conecta el nivel del terreno con una de las terrazas del edificio existente.
PLANTA DE ACCESOS. El portal de entrada contiene una escalera que une el nivel del terreno con un edificio existente.
PLANTA TIPO. Más de 2 mil metros cuadrados de alfombra en una larga planta libre con dos núcleos verticales.
B5 es un edificio singular, no por sus características, sino por todo lo que se espera de su envoltorio. De por sí, no llama la atención entre las construcciones que pueblan la reconversión de la vieja área industrial del suburbio nordeste de Milán. El nuevo bloque, diseñado por el estudio italiano Barreca & La Varra, es parte integral del plan maestro destinado a transformar esa zona: repite modulación, color y altura de otros edificios que son parte del complejo. Sin embargo, se distingue por la estudiada piel que lo envuelve. En ese punto, las oficinas de RCS Mediagroup se suman a una tendencia mundial, la de reservar el carácter expresivo del edificio a la elaboración y materialidad de sus superficies.
Con el B5, sus autores pretendieron explorar algunos aspectos que consideraban de particular importancia con respecto al entorno. “Nos interesó la continuidad material con el entorno. Una vez que el primer edificio del sitio fue diseñado con una fachada de vidrio, nos pareció natural continuar con el mismo material para lograr mayor homogeneidad”, señala Gianandrea Barreca. Esta decisión de aparente sumisión a los dictados del entorno, también es un acatamiento a los lineamientos de la arquitectura corporativa, muchas veces impersonal y facilista. Evitar ese clisé implicó darle una vuelta de tuerca al remanido tema de las pieles de vidrio.
La nueva obra de Barreca & La Varra aloja diversos programas, como oficinas para la editorial del grupo, estudios de fotografía y espacios para el sector multimedia. Nada que no pueda entrar en una clásica planta libre como la que tiene el edificio.
Diseñado como un “Clase A” (el equivalente europeo a lo que sería una certificación platino de las normas estadounidenses LEED), el B5 es un paralelepípedo alargado, de cinco plantas con cuatro fachadas de cristal que recuerda a un código de barras. En el medio del lado más largo, un portal de doble altura contiene una escalinata que iguala desniveles del terreno y le da una escala monumental a la entrada.
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